By: NeodataMeat.
Según el artículo 3 del Reglamento Europeo 178/2002: La trazabilidad es “la posibilidad de encontrar y seguir el rastro, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución, de un alimento, un pienso, un animal destinado a la producción de alimentos o una sustancia, destinados a ser incorporados en alimentos o piensos o con probabilidad de serlo”.
La obligación de implantar un sistema de trazabilidad comenzó a aplicarse en España el 1 de enero de 2005.
La trazabilidad consiste en la capacidad para reconstruir la historia, recorrido o aplicación de un determinado producto, identificando:
- Origen de sus componentes.
- Historia de los procesos aplicados al producto.
- Distribución y localización después de su entrega.
La incorporación de la trazabilidad a todo el ciclo de vida del producto, representa una oportunidad para la revisión de los procesos y un avance espectacular en la gestión de los mismos, lo que en el sector de la alimentación cobra especial interés, dadas las exigencias crecientes de calidad y seguridad de los consumidores hacia los alimentos.
Además, al contar con esta información es posible entregar productos definidos a mercados específicos, con la garantía de conocer con certeza el origen y la historia del mismo. Esto es una ventaja competitiva para abrir nuevos mercados en el exterior.
Innovación en la gestión
El concepto de trazabilidad enfatiza los criterios de gestión y está asociado a procesos productivos modernos y productos de mayor calidad y valor para el cliente final.
Hoy en día la cadena de suministro es extraordinariamente dinámica, donde las mercancías y las transacciones fluyen en ambos sentidos; donde lo que se busca es proporcionar al cliente lo que desea, cuando lo desea tener y dónde él quiera.
Aplicar correctamente la trazabilidad nos ayuda a profundizar en el conocimiento de la estructura de la cadena alimentaria, con el fin de poder detectar y corregir posibles fallos estructurales, tratando de mejorar las relaciones entre los diferentes componentes de la cadena, desde el productor al consumidor.
Conociendo los errores surgidos durante las operaciones realizadas por la producción, distribución y entrega final del producto es posible mejorar la productividad de la empresa.
Gestionar la trazabilidad desde una perspectiva global, integrándola en todas las áreas de la empresa, permite aumentar la eficacia de la gestión interna al proporcionar más y mejor información sobre recursos y procesos. Integrar el almacén con la administración, controlar las caducidades para administrar entradas y salidas de mercancías o gestionar los inventarios y los stocks son algunas de las tareas que se ven beneficiadas por el control al que somete la trazabilidad a todos los procesos dentro de la empresa.
La recogida de la información
Para que el sistema de trazabilidad sea efectivo, es imprescindible que se realice una transmisión eficaz de la información, a la que deberán tener acceso todos los agentes de la cadena productiva y en tiempo real.
Hoy en día existe la tecnología que permite rastrear con precisión el camino que recorre un producto en la cadena productiva y de comercialización. La integración de Internet, redes de comunicación, acceso inalámbrico, software especializado, ERP, dispositivos móviles, GPS, entre otros, hacen realidad la idea de poder detectar el punto exacto y el momento donde se produjo un evento.
Dentro de los avances tecnológicos destacan los dispositivos basados en radiofrecuencia (RFID) a la hora de conseguir la trazabilidad de los productos.
Esto es posible porque facilita la toma de decisiones con datos en tiempo real. Por ejemplo, el uso de una etiqueta RFID asociada a un producto permite que todas las actividades relacionadas con el mismo puedan coordinarse con precisión. Todas las partes cuentan con información puntual, sincronizada y de calidad, por lo que se reducen los errores. La información de rastreo facilita el control de los procesos entre los diferentes eslabones de la cadena de suministro.
El RFID dinamiza la cadena de suministro al conseguir una entrega más rápida, personalizando los pedidos, disminuyendo stocks, mejorando la logística inversa, ajustando el coste del inventario y realizando una mejor planificación del transporte. Hoy por hoy, el RFID da respuesta a los retos planteados en una economía global.
Resumiendo, un sistema de trazabilidad no sólo resulta determinante para reducir el coste en la cadena de suministro, sino que es clave para aumentar los ingresos y beneficios. Gracias a la tecnología de trazabilidad aplicada a los productos, se puede garantizar su calidad, informar sobre su origen y aportar datos sobre todo el proceso recorrido hasta llegar a las manos del consumidor. Esta transparencia aumenta la confianza de los clientes y la seguridad de los productos.
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